Hay algunos aspectos de la
vida de Jonathan Swift que me llevan a pensar que era un tipo realmente
inteligente. Su obra Los viajes de Gulliver es una buena razón, razón
suficiente me atrevería a decir. No olviden que en ella Swift habló de las
lunas de Marte siglo y medio antes de que fueran descubiertas.
Pero lo que me lleva a respetar a Swift como persona cabal es una lista que
escribió cuando tenía 32 años, que venía a ser una serie de reglas que debía
respetar cuando fuera viejo. No es una lista que sirva sólo a nuestro
protagonista, ya que, en mi opinión, está cargada de sentido común y sensatez.
Como en tantas otras ocasiones, uno debe medir y analizar desde fuera, y luego
atenerse lo mejor posible a las decisiones tomadas. Así lo pensó Swift, que de
joven reflexionó sobre cómo debía ser en la vejez y dejó nota de ello. La lista
es la siguiente:
No
casarme con una mujer joven.
No aceptar la compañía de los jóvenes a menos que lo deseen
realmente.
No ser desagradable, taciturno ni suspicaz.
No burlarme de las costumbres o dichos o modas u hombres o
guerras… actuales.
No encariñarme con los niños, ni permitir siquiera que se me
acerquen.
No contar la misma historia una y otra vez a la misma gente.
No ser codicioso.
No descuidar el decoro, o la limpieza, por miedo a caer en lo
desagradable.
No ser excesivamente severo con la gente joven, sino mostrar
indulgencia con sus locuras de juventud y debilidades.
No dejarme influir por criados (u otros) truhanes y chismosos,
ni darles crédito.
No dar demasiados consejos ni molestar a nadie mas que a
aquellos que lo desean.
Desear que algunos buenos amigos me informen de cuáles de estos
propósitos infrinjo o desatiendo y en qué; y enmendarme en consecuencia.
No hablar demasiado ni de mí.
No alardear de mi antigua belleza o fuerza o favor con las
damas, etc…
No
escuchar adulaciones ni concebir que puedo ser amado por una mujer joven, et
eos qui hereditatem captant, odisse ac vitare.
No ser optimista ni dogmático.
No empeñarme en cumplir todas estas reglas, no vaya a ser que al
final no cumpla ninguna.
CURISTORIA
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